sábado, 7 de junio de 2014

  1. Pedagogía Contemporánea II.
    Actividad de aprendizaje 1.  (Subir el archivo)

    Elaborar 3 mapas conceptuales en torno a las líneas de investigación en educación derivadas del marxismo.








    Actividad de aprendizaje 2.
    Analizar las posturas de Makarenko y Gramsci, en un breve ensayo, no mayor a 5 cuartillas.
    Conocimiento, educación y sociedad.
    Los conocimientos para la vida práctica, tienen su origen en la preservación de la humanidad misma, desde las diferentes épocas y culturas que se quiera mirar, son las generaciones expertas quienes transmiten a las más jóvenes los datos e información para su subsistencia, salud, desarrollo y apogeo.  Estas prácticas se han venido perfeccionando a través del tiempo e institucionalizado con las escuelas.  En un primer momento las prácticas educativas eran menos formales, no obstante han marcado diferencias entre los hombres, por ejemplo en la sociedad mexica existieron las escuelas para los nobles o Calmécac, mientras aquellos que pertenecían a los estratos más bajos estudiaban en el Tepochcalli.  En esencia esas diferencias sociales también guardaban una relación con su papel dentro de la economía, pues definía su estilo de vida, la contribución a la sociedad y su lugar como miembros de esa sociedad.  La mención de este patrón obedece a que en el marxismo, que es la primera corriente de pensamiento que estudiaremos, tenemos presente el lazo entre la economía y el empleo; derivado de utilizar a la actividad educativa como un “proceso integral” que además de definir el rol de cada uno de los individuos, también determina los modos y formas de producción intelectual.
    Hablar de marxismo en el sentido común, refiere a sinónimo de lucha o enfrentamiento, críticas o derrocar el sistema existente, no obstante, hemos de analizar detenidamente el sentido que Carlos Marx planteó: el concepto de análisis.  Además de integrar el sentido que le dieron Antonio Gramsci y Makarenko desde sus trincheras.
    Episodio 1.
    Planteamientos de Anton Semionóvich Makarenko.
    De origen ruso, este estudioso y practicante de la pedagogía tuvo cualidades particulares que le permitieron ensayar y vivir experiencias en busca de un objetivo: la reeducación de niños y jóvenes inadaptados. 
    Con una vida precaria, se identifica con el movimiento obrero, en consecuencia respalda y colabora en el sistema socialista, los retos y necesidades son grandes.  Observador de las instrucciones del gobierno, recibe la orden de rescatar a la niñez que se encontraba en condiciones precarias.  Dentro de sus proposiciones tenemos tres ejes fundamentales:
    a)    La ilustración,
    b)    La formación y
    c)     La disciplina.
    Dichos puntos tienen relación con la línea de Marx, en el sentido de que independientemente del sistema económico, los hombres deben formarse y tener conocimientos para una mejora personal, pero sobre todo como parte de un sistema social y que cada uno obtendrá un lugar de acuerdo a sus esfuerzos. 
    Dicha educación debe ser a base de la disciplina, y retomando el texto del Poema pedagógico,encontramos situaciones precarias, tanto económicas como sociales, una ausencia de apego a las normas y una falta de sentido colectivo, ya que los niños de la región a donde es enviado Makarenko con su equipo de trabajo ve en ellos rivalidades, ataques y ventajas de unos sobre otros, problemas de pandillas, entre otras más y que ante una figura de autoridad se resisten.  Aquellos infantes desadaptados sólo buscan saciar sus necesidades elementales pero sin dar a cambio un esfuerzo.  Ese escenario mental en un primer momento nos habla de la dificultad para llegar y aproximarse a un grupo de personas con necesidades pero además a las cuales debemos guiar para que practiquen el trabajo por el bien de la comunidad y no sólo a nivel individual, otra gran tarea es la de auxiliarlos para que descubran (haciendo) sus habilidades, en ese tenor dice Makarenko, podrán trabajar con gusto puesto que ellos mismos descubrieron y eligen qué harán y su papel como miembros de su sociedad.
    Retomando los primeros fragmentos del Poema pedagógico hace mención de un chico físicamente sobresaliente del resto del grupo, el cual no puede desempeñar ciertas actividades de trabajo pesado, sin embargo lo hace esforzarse para que al final encuentre el espacio que le corresponde.  Es así como su escuela se caracteriza por ser una “[…] colectividad, que se rige con premios y castigos porque era militarizada […]” 1 Así para Makarenko habla de equiparar igualmente a la enseñanza y al trabajo, es decir, en ambos exista un esfuerzo para mejorar y sólo así podemos concebir una sociedad buena, con individuos con carácter, gracias a las tareas desempeñadas y la perseverancia en lo individual que a su vez habrá de ayudar al colectivo.
    La propuesta de Antonio Gramsci.
    Como parte de la corriente marxista, Gramsci se involucra tempranamente a los círculos socialistas, activista político en su Italia, viaja a Rusia y se ve influido por su sistema, en materia educativo-social genera una serie de escritos que hilan el vínculo del individuo con su nación, la educación como vía para superar las diferencias de clases sociales, así como la explotación de los poderosos sobre los desposeídos.
    Sobre este político-filósofo italiano podemos retomar su idea de una transformación de la sociedad y las relaciones del estado desde el seno de la sociedad misma.  Para él, la solución a las distinciones tampoco es la revolución sino gestar una ola de obreros intelectuales, es decir, intelectuales orgánicos en el sentido de que surgen de la colectividad misma para ser portavoces de las necesidades y requerimientos de sus integrantes


    _____
    (1)  You tube, “Makarenko” de Isa Miranda. Consultado el 05 de septiembre de 2013.
    En principio, su planteamiento es humanista porque reconoce que todos los individuos son inteligentes, que somos hábiles, y este potencial ha de incrementarse vía la educación, pero finalmente admite que no todos podemos ocupar el espacio directivo.  Su revolución pasiva es mediante el fomento de esos intelectuales no sólo como espectadores sino como personajes activos en la construcción de la sociedad, su objetivo es alcanzar un pueblo que se autorregule, desprenderse de fuerzas o elites superiores por sus condiciones económicas y políticas para terminar con la explotación de unos sobre otros.  La propuesta de Gramsci está vinculada con los planteamientos marxistas cuando hace énfasis en que los intelectuales orgánicos serán aquellos que desarrollen dotes de liderazgo, propios de individuos con capacidad de expresar el sentir de su nación, pero el cambio radica en que todos fueron educados en las mismas condiciones, reconociéndose como compañeros en busca del bienestar colectivo, aunque en determinado momento hemos de separar a los que tomaran las decisiones del resto.
    Conclusión.
    Ambos enfoques hacen hincapié en el rol de la escuela para fomentar el trabajo primero en lo individual para incidir en lo colectivo, en que es el esfuerzo el que determina el espacio que hemos de ocupar, es decir, que no todo debe proporcionarse de forma sencilla sino mediante trabajo y entrega para alcanzar un desarrollo. Y que la vía del cambio no es el movimiento revolucionario sino desde las aulas al forjar un carácter fuerte, seguro y conocedor para alcanzar mejoras.

    Bibliografía.

    GRAMSCI, Antonio. (1987) (1ª edición) La alternativa pedagógica. Fontamara, México, pp. 49-61.
    MAKARENKO, Anton. (1999) Poema pedagógico. Quinto sol, México. Pp. 138-145.
    You tube, “Makarenko” de Isa Miranda. Consultado el 05 de septiembre de 2013.


      


    0


    Añadir un comentario

  2. SEP
    8

    Unidad I: El marxismo y su influencia en la educación






    Universidad Nacional Autónoma de México
    Facultad de Filosofía y Letras
    Sistema de Universidad Abierta
    Licenciatura en pedagogía


    Pedagogía contemporánea II
    Semestre: 2014-I
    Ensayo:
    El marxismo y su influencia en la educación


    Alonso López Nancy Elizabeth
    Grupo: 9053


    07 de septiembre de 2013.





    El marxismo y su influencia en la educación
    Introducción
    Tanto Makarenko como Gramsci son dos personajes que en sus planteamientos pedagógicos retomaron elementos importantes del marxismo. Por ello, a lo largo del siguiente ensayo se habla sobre la pedagogía de Carl Marx; pedagogía que nunca escribió pero que haciendo una recopilación de sus diversos escritos se puede recabar una importante aportación a la educación. Para continuar con el planteamiento pedagógico de cada autor e indagar sobre la forma en la el marxismo influye sobre obra educativa.

    Entre los objetivos que Karla Marx plantea esta el buscar la transformación de la realidad mediante una filosofía  de la praxis. Este teórico define al hombre como un “ser alienado y enajenado” encontrando el origen de esta situación en la injusta estructuración económica. Es decir, que la propiedad privada de los medios de producción era el motivo por el que se generaba una separación entre los burgueses y los proletarios; debido a que los burgueses se aprovechaban de la fuerza de trabajo del proletariado para aumentar su capital.
                Para Karl esta situación podría tener otra perspectiva, ya no de dominación por la clase pudiente, si se lograse cambiar esa sociedad llena de injusticias por una “Sociedad comunista”; luchando porque no hubiese división de clases ni surgiera la propiedad privada de los medios de producción.
    La forma de lograrlo que Marx proponía -era mediante una “Revolución violenta”- ha provocado que estas palabras se tergiversen convirtiéndolo en el pretexto ideal para justificar cualquier enfrentamiento entre el proletario y la clase dominante. Sin embargo, la Revolución violenta aquella a la que Marx se refería hace un llamamiento a la inteligencia de los intelectuales revolucionarios y a la fuerza de las masas proletarias, es así que, hace un llamamiento a la razón no a un levantamiento violento.
    Entre las principales ideas que Karl propone y que influyen en la educación están las siguientes:
    Respecto a la relación entre el hombre y la sociedad, el autor establece que es a través del trabajo que el hombre da forma a la sociedad que lo rodea; de forma individual y colectiva. De hecho, el postulado de su teoría de la ideología propone que “El ser consciente es la expresión real[1] Es decir, que el origen de las ideas se encuentra en las relaciones sociales cotidianas –la convivencia con los otros- específicamente se refiere a las relaciones sociales de producción y de cambio. Por este motivo, dice que la escuela no es el único lugar donde se generan y transmiten ideas.
    Por su parte, su ideología instrumental señala que la clase pudiente –la que posee los medios de producción- tiene en sus manos la manipulación de los medios de producción individual. Es así que, esta clase al tener el poder en sus manos, tienen el control de la conciencia de la sociedad, logrando que la sociedad piense lo que mejor convenga a sus intereses.
    En lo que respecta a la escuela como mecanismo de producción, Marx establece que la escuela prepara para el trabajo de dos formas: la primera es mediante la cualificación, que es el proveer al hombre de conocimientos y/o destrezas que podrán ser aplicadas de forma directa o indirecta en la actividad productiva. Y la segunda forma, es mediante la disciplina que consiste en dotarle de actividades y/o disposiciones que le darán la oportunidad de integrarse en la estructura social de la producción, algo que podría definirse como la socialización del hombre para el trabajo.
    Además dice que el sistema escolar acrecienta la desigualdad económica entre los estudiantes, al provocar que estos ocupen una posición en la desigual estructura social y económica, llamando al Sistema escolar “Mecanismo de distribución o asignación”. Uno de los planteamientos más importantes que Marx establece en torno al asunto educativo, es su Sociología del conocimiento la cual invita al ser humano a entender el conocimiento en términos de su génesis y no sólo en cuanto a su validez. Entender el conocimiento de esta forma implica cuestionarse acerca de su origen, de un por qué y de un para qué. Trasladando esta premisa a la educación, podría decirse, que invita a no ver la organización escolar como un derivado de imperativos técnicos organizativos alejados de la realidad.
    Es precisamente Antonio Gramsci (1891-1937) uno de los teóricos que reestructura y al mismo tiempo retoma algunos elementos de la teoría marxista incorporándolos a la educación.
    Gramsci al igual que Marx establece que el poder de las clases dominantes sobre el proletariado –en el modo de producción capitalista- se da mediante la hegemonía cultural que las clases dominantes ejercen sobre las clases sometidas a través de:
    •   El control del sistema educativo
    •   Las instituciones religiosas
    •   Los medios de comunicación
    A pesar de que Marx define a la escuela y a los medios de comunicación como poderosos instrumentos de propagación y agitación, no incluye a las instituciones religiosas. Pero ambos coinciden en que es a través de estos medios que las clases dominantes educan a los dominados para que acepten sin mayor problema y con pleno convencimiento su sometimiento, inhibiendo así su potencialidad revolucionaria.
    Y lamentablemente así es esta situación propuesta por ambos autores, misma que a pesar de todo el tiempo que ha pasado sigue vigente; por esta razón la educación tiene en sus manos la posibilidad de fomentar una conciencia crítica en el ser humano pues es cierto que hasta que esta situación no cambie, las personas con poder seguirán siendo quienes decidan lo que se ve o se difunde a través de estos medios y según convenga a sus intereses, pero también es un hecho que el hombre aún cuenta con esa capacidad de elegir aquello que quiere y es en este aspecto que su formación jugará un papel decisivo.
    Antonio Gramsci tiene un gran acierto al afirmar que todos los hombres son intelectuales, debido a que todos tienen facultades intelectuales y racionales, es decir, que todos son intelectuales por el hecho de pensar y razonar, por este motivo sería un absurdo definir a los intelectuales y a los no intelectuales. A través del tiempo se ha conformado el concepto de “intelectual” desde la perspectiva de la actividad intelectual, es así que se le ha atribuido un valor excesivo al trabajo que realiza el cerebro como órgano en lugar de atribuírselo a la función social de la categoría profesional a la que cada hombre pertenece. Por ello, Gramsci establece que cualquier trabajo físico, incluso el más mecánico –que es aquel que implica un menor grado de desarrollo intelectual- y despreciado socialmente exige un mínimo de cualificación técnica -un mínimo de actividad intelectual-.
                Aunque Gramsci establece “…Todos los hombres son intelectuales, podría decirse por tanto; más no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales…[2] El motivo es que aunque el hombre cuente con una cualificación intelectual lo que lo hace intelectual es el ser o no propietario de los medios de producción, o lo que es lo mismo, su función social.
    Esta parte de la lectura se relaciona con lo que Karl Marx dice cuando habla sobre la no diferencia de clases, porque establece que todos los seres humanos son iguales y afirma que todos tienen la capacidad de capacitarse para desempeñar un puesto dentro de los medios de producción afirmando así –según mi punto de vista- que todos tienen la capacidad de pensar. Aunque como bien lo indica Gramsci es el hecho de ser o no propietario de los medios de producción lo que lo convierte en intelectual.
    Gramsci distingue la inteligencia tradicional, que constituye una casta que se ve así misma desde una perspectiva científica basada en simples reglas a seguir, de la inteligencia orgánica que surge de los grupos de pensadores de cada clase social que describe la vida social mediante el lenguaje de la cultura, las experiencias y el sentir de las masas.
                Es justo en esta distinción donde comienza a perfilarse la necesidad en Gramsci de constituir una nueva casta la del nuevo intelectual; contemplando el hecho de saber que la actividad intelectual existe en todos los seres humanos en cierto grado de desarrollo. Y que ser intelectual exige no sólo contemplar la vida desde preceptos a seguir en un nivel teórico, más bien exige inmiscuirse activamente en la vida práctica como constructor permanente. Es aquí donde Marx y Gramsci coinciden en exigir al hombre una conciencia crítica que no se calle al escuchar los dictados de la clase beneficiada, que no escuche sólo lo que ellos consideran “conveniente”.
    Finalmente, Gramsci ve en la escuela un instrumento para formar intelectuales de diferente grado. Y da una gran importancia a la educación al afirmar que el grado de civilización de un país, un estado o un continente será mayor cuanto más extenso sea el desarrollo de su sistema educativo, es así que cuanto más extensa sea el área de la enseñanza y más numerosos sean los grados verticales de la escuela más compleja será la civilización de un país.
    Lamentablemente esta reflexión aún no se materializa en nuestro país, puesto que podemos ver que aún cuando el presupuesto federal asignado a la educación debe ser del 8% del PIB aún se le siguen asignando porcentajes más bajos que el acordado.

    Otro de los teóricos que retoma el marxismo al momento de escribir una de sus obras más famosas: Poema pedagógico, es Anton Semionovich Makarenko (1888-1939). Este pedagogo trabajo en la reeducación de niños y jóvenes que en algún momento infringieron las leyes, convirtiéndose en menores infractores.
    Makarenko había leído las obras educativas de diferentes autores, uno de ellos era Rousseau sin embargo, consideraba su propuesta como una “Pedagogía del Olimpo” porque ésta basaba su esencia en las conversaciones que el educador sostenía con el niño, es decir, en la influencia que el educador podría ejercer sobre el alumno; y para Makarenko la esencia de la educación era la colectividad, es aquí donde retoma uno de los planteamientos más importantes del marxismo: la educación comunista- por ello propone que esta se base en las necesidades de la colectividad, entendiéndose por colectividad la sociedad, el país y el sentimiento del deber. Puesto que el hombre actúa según las leyes de la naturaleza, el papel de la educación es educar esa naturaleza en beneficio de la sociedad; por esta razón Makarenko considera la espontaneidad del hombre como perjudicial a su persona, porque es a través de ella que da rienda suelta a su deseo individual, deseo que no compagina la mayoría de las veces con el de la sociedad.
    Según puede verse en este fragmento “…Todos habían adquirido la costumbre de correr de un lado a otro […] con la misma disciplina clara y feliz […] Hubo un instante en que yo incluso pequé y me dije: para la gente dichosa no es necesario ningún poder: lo sustituirá este instinto tan alegre, tan nuevo, tan humano, cuando cada hombre sepa exactamente qué debe hacer, cómo hacerlo y para qué hacerlo…”[3] Para Makarenko la educación es un proceso que se produce con esfuerzo y disciplina porque le permite saber al hombre qué hacer, cómo hacerlo y para qué hacerlo. Es justamente este segundo concepto el que apoya el progreso de la sociedad. Al hablar de disciplina consciente Makarenko no se refiere a la inhibición de las acciones, que sería una disciplina del sometimiento, por el contrario ésta debe inducir a vencer dificultades pero qué dificultades sino las que de manera individual están presentes en el hombre al no saber dominar su voluntad. Por ello, establece que esta disciplina debe estar encaminada a luchar por algo.
    La formación del ser humano bajo esta disciplina le permitirá jugar dos roles diferentes: el primero consiste en el hecho de aprender a subordinarse en el momento en el que toca aprender a seguir órdenes pero el segundo rol consiste en saber mandar a su compañero siempre y cuando se le haya facultado para ello. Un ejemplo de esto lo podemos observar en el siguiente fragmento en el que un compañero reprende a otro: “… ¿Pero qué muchachos, la habéis tomado conmigo? […] Él me ha dado en los morros, esto es lo que ha sucedido […] Karabánov abrazó por los hombros a Jovraj y le dijo: ¡Amigo mío, pero si tú eres un hombre inteligente! Misha no está de guardia, no defiende sus intereses propios, sino los intereses comunes. Vamos al robedal, y yo te explicaré…”[4]
    Esta forma de concebir la disciplina me parece correcta, porque permite jugar ese doble rol que todo hombre experimenta por lo menos una vez en su vida; el único problema que encuentro es que al instaurarlo en un contexto de corte militar –o incluso aunque no lo sea- el límite es muy frágil y puede terminar siendo una disciplina arbitraria que fomente el sometimiento. Puesto que cualquier hombre al sentir en sus manos el poder, se vuelve un tanto intransigente, y si ésta situación la trasladamos al plano educativo puede trastocar el espíritu de cualquier alumno.
    Gramsci se apoya en la disciplina para crear un grupo cohesionado, pues es a través de ésta que logra que los niños cumplan órdenes. Es así que dentro del grupo lucha por instaurar en los alumnos el sentimiento de unidad y cohesión.
    El papel que el director desempeña en la educación que Makarenko, no sólo propone sino que también lleva a la práctica, plantea es el de un líder debido a que su función era orientar y dirigir la colectividad. Aunque también era un modelo y un ejemplo a seguir para los alumnos. El director se encargaba de mantener el estilo y fomentar las tradiciones dentro de la colectividad.
    Dentro de las cualidades que en el alumno trataban de fomentarse estaba la honestidad, la diligencia, la eficiencia, la puntualidad, la capacidad de orientación, la subordinación y la capacidad de mando. Esta es una de las razones por las que Makarenko establece que la educación que él defiende trasciende más allá del ámbito del estudio pues tiene como fin el desarrollo multilateral de la personalidad.
    Finalmente puede aceptarse como válido este argumento y el llevarlo a la práctica puede resultar de fácil aplicación siempre y cuando se dé dentro de un contexto militarizado; aunque por otro lado si pienso que estos rasgos son favorables a la formación del ser humano, porque finalmente esta en un proceso formativo, el problema es que el individuo pueda jugar este doble rol, es decir, que pueda y sepa cómo ser el líder que guiará al grupo –a pesar de que se le enseño a obedecer- y otras veces obedezca.
    Y para terminar caber recalcar que uno de los elementos presentes dentro de esta pedagogía que tiene su origen en el marxismo es el hecho de que Makarenko consideraba imprescindible que las Colonias fueran autosustentables, desde que se mantuvieran a sí mismas hasta que los propios colonos –alumnos- sustentaran sus gastos con las ganancias que obtenían por su trabajo. En el siguiente  fragmento podemos encontrar esta necesidad de que la Colonia produzca para poderse mantener: “...Al que no trabaja no le corresponde ninguna clase de comida, y tú me dices que sí le corresponde. No te corresponde nada […] Yo quizá te dé de comer, pero eso será solamente en virtud de mi buena voluntad, porque tú no te has ganado la comida […] Cada hombre debe ganarse la vida, y tu, eres un holgazán y por eso no te corresponde nada. Puedo darte una limosna pero nada más…”[5]

    Conclusión:
    A través de este escrito se ha hecho una reflexión sobre los rasgos que del marxismo se retoman en el planteamiento pedagógico de dos grandes figuras: Anton Seminovich Makarenko y Antonio Gramsci. El primero plantea una pedagogía de la colectividad, por lo que busca fundamentarse en las necesidades de la sociedad antes que en las necesidades individuales del educando; para este autor el objetivo de la educación es formar el hábito del trabajo creador. Para ello, busca apoyarse en la asimilación de la disciplina consciente por parte del alumno.
    El papel que se le asigna al director es el de guía pues su  tarea consiste en orientar y dirigir la colectividad. Mientras que el papel del alumno era el de asimilar el espíritu de la colonia.
    El segundo planteamiento pedagógico que se presento es el de Antonio Gramsci, para este autor todos los hombres son intelectuales, puesto que todos tienen facultades intelectuales y racionales. Encuentra en la escuela un instrumento para formar una nueva casta de intelectuales, que no sean simplemente teóricos sino que tengan la capacidad de participar como directores y organizadores en la construcción de la sociedad, partiendo del leguaje de la cultura, las experiencias y el sentir de las masas.

    Bibliografía:

    Fernández Enguita, Mariano (1994). El marxismo y la educación: un balance. Universidad de Salamanca Dpto. de Sociología. V Conferencia de Sociología de la Educación.

    Gramsci, Antonio (1987).(1ª edición). La alternativa pedagógica.

    Makarenko, Anton. (1999). Poema pedagógico. Quinto Sol: México. Pc. 138-145, 216-245, 327, 419-439, 519, 579-597, 625-709.





    Mapas conceptuales

    Introducción
    A continuación se incluyen los mapas conceptuales de las propuestas educativas de tres grandes pedagogos: Karl Marx, F. Makarenko y Francisco Gramsci. Resaltando la propuesta de educación que cada autor plantea.













    [1] Fernández Enguita, Mariano (1994). El marxismo y la educación: un balance. P. 4.
    [2]Gramsci, Antonio (1987). (1ª edición). La alternativa pedagógica. P.54.
    [3] Makarenko, Anton. (1999). Poema pedagógico. Quinto Sol: México. Pc.6.
    [4] Makarenko, Anton. (1999). Poema pedagógico. Quinto Sol: México. Pc.59.
    [5] Makarenko, Anton. (1999). Poema pedagógico. Quinto Sol: México. Pc.51.

No hay comentarios:

Publicar un comentario